Artwork: Eric Romero |
Sin saber nada de ella desde hace algún tiempo, Olvido es una de las primeras bandas que reseñamos del siempre fértil pero jodido "subsuelo" mexicano... Y es que si alguno piensa que el "underground" es fácil en algún sitio, lo lleva claro, y mas con la que esta cayendo, donde el circuito en directo está totalmente aniquilado prácticamente en todo el planeta, algo me temo parece que va a seguir así por una larga temporada, aunque también es cierto que obviando por un momento lo extraordinario e inmensamente global de estos "días extraños" que nos ha tocado vivir, por una cosa o por otra y sin que tenga porque suceder nada excepcional, la cultura siempre es la gran damnificada en cualquier circunstancia... Porque por mucho que le pese a quien le pese, y sea tan ciego de no querer verlo, el Punk también es cultura, y si algún genero musical se lo ha ganado por derecho propio y a pulso, es este, y si en un estrato verdaderamente llega a ser creativo e interesante es en la franja "underground", y esa es la principal razón de que le dediquemos a él la mayoría de nuestros desvelos... Porque eso pasa en todas partes, aquí en España, allí en México, y en los Estados Unidos de la gran puñeta!
Todas esas perras circunstancias deben ser las que sin duda han debido haber apasionado y jodidamente influido en hacer que aquel brillante pop-punk con el que nos conquisto Olvido, que por incisivo no deja de ser un tanto naif, ahora casi tres años después, y partiendo del dúo que conformaba la columna vertebral de aquella formación, con Eric Romero a la voz y guitarra, y el bajo y la voz de Abril Palomino, convertirse ahora en el cuarteto Etcétera, con la incorporación de Cesar Flores a la otra guitarra, y Rodrigo Escamilla a la batera, transformando aquella rola de "nueva ola" en un sonido áspero, precipitado, agresivo y acerado, que cuando no encuentra la confrontación la busca desesperadamente y "a cara de perro", y que ahora si lleva implícita, y explícitamente comprometida, una profusa carga tan combativa como recriminadora de la actual situación en Ciudad de México, no solo ni mucho menos refiriéndose tan solo al punk, ni a una escena en concreto, si no a la total falta de perspectivas de futuro de una joven generación desesperada y abatida que ve como como su ciudad se ha ido a la mierda, cayendo en una vorágine en la que se ven avocados al fracaso, por una ingente falta de empleo que les impide conseguir un trabajo, a pesar de que muchos estén sobradamente preparados, y asfixiados por unas rentas altísimas que hace que tener algún día vivienda propia sea practicante una utopía, y donde el entorno mas rural y periférico teniendo tan cerca el fastuoso y malicioso espejo de sus vergonzosos vecinos del norte, se ve obligado a sucumbir al "Get rich or die trying" para acabar cogiendo "un mal camino".
"La Danza de los días", editado como no por uno de nuestros catálogos de cabecera del otro lado del charco, la "diskera" de Cancún Musíca para locos, será la primera referencia física de esta banda, que debería entrar en producción tan pronto pase esta infame crisis del coronavirus, y en ella vais a encontrar 6 pistas de un punk crudo, oscuro y descarnado, que no tiene nada de "facilón", en el que la sección rítmica cambia continuamente su velocidad, siempre a mas y acelerándose hasta el hardcore, espoleados por las continuas proezas pirotécnicas de una frenética y marcial batera, que en conjunción del trabajo de un preciso bajo, marcan las continuamente cambiantes pautas de las estructuras de unas pistas, en las que esta vez es Eric el que carga con el mayor porcentaje de responsabilidad a la hora de tirar una lírica de un modo desafiante y pendenciero, a puros ladridos, que en temas como "Hacinamiento" llegan a acojonarnos, y que son replicados con atino por aquella incisiva y punzante voz de Abril, que a pesar de seguir demostrando esas prodigiosas dotes de "Riot Grrrl" de su heroína Kathleen Hanna, como en el caso de "Errores", esta vez con un añadido componente de desmesurada mala hostia, es capaz de hacer un fantástico "feedback" respaldando y matizando la "ira" de su compañero, como ocurre en el magnífico corte que abre este single, "Telarañas", sin haber perdido del todo aquel goloso deje "nueva olero" que tanto nos gustaba, para terminar de redondear tan inmediato, feroz y global conjunto con el trabajo de unos hirientes y densos riffs de lacerante ejecución, que son esporádicamente complementados por puntiagudos punteos a una nota, como en el caso de "Los Inutiles", para hacer aún mas nervisosos y frenéticos la media docena de temas de un disco con el que como bien dice su bandcamp, "Nadie baila, pero todos revientan".
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