martes, 27 de noviembre de 2018

Sinciders consolida y enerva su megatónico punk rock con "Synesthesic Sensibilities"


Es curioso, siempre andamos defendiendo como el granderrimo Tymmy Vulgar ha devuelto la gloria rockera a su ciudad natal, Detroit. Ese "poder crudo" que a finales de los 60s fue capaz de convertir a la que fuera cuna del sonido Motown en la capital mundial del protopunk, y que propulsada por aquella desbocada descarga de furibunda energía, coetánea tanto en tiempo como en lugar, fuera también responsable de la creación del mejor coche que se haya fabricado jamas, el Mustang Fastback del 68, ese que conducía nuestro héroe Steve McQueen en Bullit... Casi 500 caballos de potencia, de puro "Raw Power", porque aquí entre nosotros os contare un secreto a voces, de eso va la cosa cuando oyes a los Sinciders, de potencia, de rugido y olor a gasolina, de disfrutar con un mazazo de sonido tan abrupto y desafiante que hace que muchas veces te olvides de que lo oyes es básicamente rock'n'roll... Aunque eso si tirado con toda la puta mala baba del mundo, y es que nunca imaginábamos que desde Barcelona le iba a salir tan buen socio al mismísimo Tymmy

No podía dejar la Family Spree y su martillo pilón que se le escapara la edición de este álbum, y es que a un tipo que se hace llamar "DevilDog", al oír estos riffs tan apretados, zafios y pendencieros, se le tienen que poner los colmillos tan largos como afilados, y le tienen que venir por narices enormes reminiscencias de aquellos primerizos modos que marcó a sangre y fuego aquella infravalorada banda neoyorquina, que aunque acogidos a los ilustres modos de aquel maravilloso rocanroll punk de finales de los ochenta, buscaban su gloria en el mas enérgico trash-rock de los 60s y 70s, equiparando y ensalzando en su sentido mas agresivo y bravucón ambos términos de la etiqueta"punk-rock", y eliminando de la ecuación prácticamente por completo cualquier rastro que pudiera haber existido del concepto "garage"


En verdad, tras darles un par de vueltas al disco nos hemos preguntado que hizo que no nos fijáramos antes en esta banda... Nos ha mosqueado tanto que se nos escapara algo así, que hemos tenido que pegarle otro repaso a su primer y homónimo disco en la Clifford, y para nuestra desgracia al percatarnos de nuestra torpeza, hemos descubierto, que ya era... De hecho es, un magnifico álbum, y aunque ya había mucha mala hostia en el, lo que antes era macarreo canallesco ahora es mal rollo del chungo, del que da "miedito", y es que el bloque de ocho primeros temas que forman este "Synesthesic Sensibilities" es un compendio del sonido mas peligroso y abestiado que nos hayamos atrevido a oír en este 2018... Pura contundencia que ellos parecen tan solo relajar a base de unas arriesgadas "Vacaciones en Cuba", que si no fuera por el "chachacha" podrían haber sido perfectamente en "Camboya", porque pronto el tema vuelve a recuperar la feroz gallardía que caracteriza la totalidad de este segundo disco. Un disco de "revalida", eso que en ingles llaman el "sophomore album", al que los anglosajones dan tan importancia, porque si bien es cierto que el primero es el que sorprende y engancha, el segundo es el que debe consolidar y demostrar que una banda realmente merece la pena, y desde luego este largo no solo deja meridianamente claro que lo de su debut no fue tan solo potra, si no que es capaz de enervar aún mas la energía liberada por esta banda sin caer en la pautas facilonas del puro gamberrismo hecho por la cara.


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