Prologo:
Ya lo sabéis, nunca nos han gustado y siempre hemos evitado hacer una de esas odiosas listas con lo mejor del año, que algunas publicaciones en agorero afán ya sacan en septiembre, entre otras cosas porque nuestro criterio no tiene porque importarle a nadie, si bien desde comienzos de este 2020, y conforme íbamos conociéndolos, decidimos ir renombrando aquellos discos que nos iban resultando del todo indispensables, que según van pasando los meses se van ensortijando en una ristra que enumeramos cada vez que tiene una nueva incorporación... Algo que ocurrió de nuevo este pasado viernes, con otro ingreso con el que aunque me joda darle de nuevo la razón a mi amigo Andrés, que está convencido de que solo encumbramos los primeros discos de cada banda que nos gusta, debemos reconocer que también cumple esa condición, os aseguro que para nada buscada y deseando que ojala pronto haya una referencia que desbarate esa teoría, de ser álbum debut de cada una de las formaciones que aquí aparecen, que a saber, y por orden cronológico de como hemos ido reseñándolas, son: Soakie, Fried E/M. Cold Meat, Mark Vodka Group y Dadar, quinteto estratosférico al que ahora se le une para completar la medía docena, el de la británica The Cool Greenhouse.
Nudo:
Siendo de todos hasta ahora el único disco de ese inventario que no debería ser considerado como Punk, aunque alguno dirá que sí lo es sin por ello perder por completo la razón, porque por extensión en ese termino ya entra casi de todo, si bien como siempre decimos para cajón desastre no hay una etiqueta que admita mas inclasificables que el post-punk. Hablar de las estructuras, modos, y formas de este larga duración, por querencias es tan extremadamente fácil para nosotros, como magistralmente básico y por ello aún mas grandioso es este disco, que sintiéndolo mucho por el propio Tom Greenhouse, que debe estar hasta la polla de oírlo, aunque de ningún modo puede sonarle peyorativo por hacer referencia a la mejor banda que haya existido, encuentra su primer recurso en algo que no os voy descubrir yo a estas alturas, porque ya lo hizo hace 42 años nuestro por siempre recordado héroe Marky Smith, cuando en el último corte de su "Bingo-Master's Break-out" de 1978 ya nos vaticinó aquello de "We dig repetition in the music and we're never goint to lose it", lo que unido a una de las voces mas "sexys" y cadenciosas que hayamos oído nunca para practicar el profuso y continuado "spoken word", que en este caso particular y por su propio tempo convierte su extrema linealidad practicamente en un recurso poético, y que junto a sus orgánicas y exiguas pautas, que en primera instancia y por si mismas hacen que aunque la alusiones a la mancuaniana The Fall sean inevitables, igual que podrían serlo a otra favorita como Beat Happening, también sea lo que las haga diferir de ellas, y unas de otras, precisamente por esa indeleble cualidad propia que este diseño estructural conlleva cuando se usa como modo de trabajo, que aplicado en piezas de largo metraje, y llevadas por esa extrema reiteración le otorgan también un encubierto componente lisérgico que te imbuye sin remedio.
Bien sabéis que no es mi mucho menos la primera vez que reseñamos a esta formación, y con agrado y sin modestia decimos que ya sois varios los que nos habéis reconocido haberla conocido a través nuestra, algo que compensa cualquier otro esfuerzo, y que ha hecho que podamos jugar con cierta ventaja a la hora de valorar un disco, que si nos centramos por ejemplo en el desarrollo de un tema tan sublime como "Cardboard Man", que ya estaba incluido en su 10" para la Lumpy Records, "Crap Cardboard Pet", prácticamente cuando este proyecto era una "one man band", y comparándolo con la versión incluida en este disco como quintento, puede hacernos ver como Greehnouse ha conseguido dar un esplendido lustre a unos temas que de por si ya eran geniales, sin tener que exagerarlos ni atiborrarlos de un instrumentaje al que se le ha exigido quirúrgica precisión, y al que solo se les requiere su uso cuando es estrictamente necesario, manteniendo esa magistral y fabulosa cualidad de mínimo que ya los hacía tan enormes, algo en lo que también suponemos que habrá tenido que ver contar como productor a Phil Booth, un especialista en el tratamiento de la oratoria y lo conciso, al que ya conocemos por su trabajo con la Sleaford Mods.
Conclusión:
Este homónimo primer álbum presenta todos esos ingredientes, sin faltar ni uno, de los que siempre hablamos y que siempre buscamos en nuestra música favorita, en la que siempre huimos del exceso y nos refugiamos en lo escaso, que por tener detalles hasta incluye una colaboración de otra insigne favorita como The Shifters, que hace que sin que queramos destacarlo entre esa lista de por ahora seis magníficas referencias que hemos elegido en lo que va de año, si debemos reconocer que si solo tuviéramos la opción de elegir uno de ellos para llevárnoslo a una isla desierta o morir en el intento, sería este... Y espero que los demás no se sientan "dolidos" por ello, porque siendo todos insanamente fabulosos, esto se debe tan solo a ser coherentes con seguir las pautas musicales que han marcado toda nuestra vida.
Desenlace:
Bien sabéis que no es mi mucho menos la primera vez que reseñamos a esta formación, y con agrado y sin modestia decimos que ya sois varios los que nos habéis reconocido haberla conocido a través nuestra, algo que compensa cualquier otro esfuerzo, y que ha hecho que podamos jugar con cierta ventaja a la hora de valorar un disco, que si nos centramos por ejemplo en el desarrollo de un tema tan sublime como "Cardboard Man", que ya estaba incluido en su 10" para la Lumpy Records, "Crap Cardboard Pet", prácticamente cuando este proyecto era una "one man band", y comparándolo con la versión incluida en este disco como quintento, puede hacernos ver como Greehnouse ha conseguido dar un esplendido lustre a unos temas que de por si ya eran geniales, sin tener que exagerarlos ni atiborrarlos de un instrumentaje al que se le ha exigido quirúrgica precisión, y al que solo se les requiere su uso cuando es estrictamente necesario, manteniendo esa magistral y fabulosa cualidad de mínimo que ya los hacía tan enormes, algo en lo que también suponemos que habrá tenido que ver contar como productor a Phil Booth, un especialista en el tratamiento de la oratoria y lo conciso, al que ya conocemos por su trabajo con la Sleaford Mods.
Este homónimo primer álbum presenta todos esos ingredientes, sin faltar ni uno, de los que siempre hablamos y que siempre buscamos en nuestra música favorita, en la que siempre huimos del exceso y nos refugiamos en lo escaso, que por tener detalles hasta incluye una colaboración de otra insigne favorita como The Shifters, que hace que sin que queramos destacarlo entre esa lista de por ahora seis magníficas referencias que hemos elegido en lo que va de año, si debemos reconocer que si solo tuviéramos la opción de elegir uno de ellos para llevárnoslo a una isla desierta o morir en el intento, sería este... Y espero que los demás no se sientan "dolidos" por ello, porque siendo todos insanamente fabulosos, esto se debe tan solo a ser coherentes con seguir las pautas musicales que han marcado toda nuestra vida.
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