El entrecomillado título que hemos elegido para esta publicación, es al parecer el chascarrillo que contaba un amigo de Arthur Lee explicando la ruptura con su novia, cuando esta le recriminó que el le prometió que la querría "para siempre", y el le contestó exactamente eso... "Que para siempre, cambia", replica, mas que obvia por otro lado, que Lee utilizó como título, y que a nosotros nos sirve para aprovecharla como introducción para hablaros un poco de un disco del que a estas alturas no vamos a descubrir nada nuevo, ni del que nunca nos atreveríamos a criticar a nada, pero sobre el que al menos nos gustaría aportar nuestro ínfimo granito de arena para "dar al cesar lo que es del cesar... ", y de paso que el que tenga algo de interés conozca algún detalle mas de uno de esos ilustrísimos álbumes que nunca deberían faltar en una colección; inexorable y casi perfecto de principio a fin, cuyo primer tema, "Alone again or", tiene esa extraña, excepcional e inusitada cualidad de formar parte de los himnos generacionales, que por manido, hasta desfasado, y usado hasta la saciedad, desde películas a anuncios de publicidad, es capaz de no quemarse nunca, de no resultar nunca pesado, y de provocarnos una sonrisa de satisfacción cada vez que lo oimos... Por supuesto que todo el mundo tiene claro que nos referimos al "Forever Changes" de los sempiternos Love.
Esta afamada formación, sobretodo encumbrada a los altares por su tercer álbum del 67, siempre ira ligada en reciproca y simbiótica relación con el nombre de su primigenio ideador y "principal", que ni mucho menos único compositor, Arthur Lee. Nacido originalmente en la sureña Memphis, aunque desde muy pequeño criado en Los Angeles, ciudad en la que desde muy joven despuntó como creador, y al que su pasado garajero y su pasión por la vertiente mas folk de The Byrds, lo llevo a formar en plena efervescencia hippie, a esta maravillosa banda que responde a un tan rotundo y pretencioso apelativo como "Amor", en la que como es lógico el corrió con el mayor peso de la creación, incluyendo su fantástico primer single del 66', "7 and 7 is", todo un temazo descomunal, premonitorio del punk como pocos, que le abrió de par en par las puertas de la todopoderosa Elektra, aunque como he podido comprobar por propia experiencia, en la gran mayoría de ocasiones decepcionados como cuando se enteran de lo de "los reyes magos", muchos no saben que sus temas y arreglos de versiones mas conocidos, entre los que están su versión del "Hey Joe" de The Byrds, que siento desengañar a otros tantos, pero tampoco es un tema original de Hendrix, el colosal "Orange Skies" de su segundo álbum del 66 "Da Capo", o incluso el archiconocido y ya mencionando "Alone Again Or", corresponden a Bryan MacLean, cuya también genialidad, propicio la enemistad de ambos componentes, ya que eso de "dos gallos en el mismo gallinero" nunca suele funcionar. algo que agravado por el abuso de estupefacientes conllevaría inevitablemente a la disgregación y reformación de la banda, cuyos resto de miembros fueron menospreciados y despedidos por el propio Lee,
"Forever Changes", la obra cumbre de la californiana formación, fue un paranoico engendro concebido por Lee, cuyo merito no se nos ocurriría quitárselo ante la genial globalidad de tal pieza por mucho que la autoría de su emblemático primer corte no corresponda a él, en la que el compositor se basó en su lado mas intrínseco y personal, apartándose en gran medida del movimiento hippie que los rodeaba, y donde los entresijos de los arreglos de Lee no llegaron a ser bien comprendidos por el resto de la formación, algo que llevo a Bruce Botnick productor del disco junto con Arthur Lee, a tener que recurrir a músicos de sesión para acompañar en el estudio a Lee y MaClean , si bien el virtuosismo de estos no compensaba el "sentimiento" del resto de miembros originales, a los cuales se les concedió mas tiempo para preparar los temas y poder llevar acabo finalmente con ellos la grabación.
El álbum, que para nada fue éxito en el momento, y que atendiendo siempre al puritanismo americano, tuvo mucha mayor aceptación en el Reino Unido que en su propio país, refleja como pocos el verdadero sonido y la situación de Los Angeles de finales de los 60', a través una visión oscura, a veces casi desesperada, que iba mucho mas allá del "Flower Power", centrándose en la desfasada generalización del abuso de drogas y la obscenidad de la guerra de Vietnan. Una visión pesimista, renegrida y terriblemente lisérgica que en varias ocasiones parece escrita casi como un alegato final, donde Lee recogía mucho de sus temores, sobre un momento muy concreto y localizado de la historia, al que la inherente belleza de su música ha vuelto eterna, convirtiéndola en uno de los imprescindibles pilares de la música actual desde hace décadas... Y las que quedan por llegar.
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