Si alguna vez una alineación recogió la esencia histórica de los géneros autóctonos que se crearon en la "Big Apple", representado en algunas de sus formaciones mas colosales, distinguidas y distintivas, ese es este otro cuarteto, que no solo recoge a York como prácticamente responsable de toda la lírica, tanto en su creación como en su ejecución, si no que también cuenta entre sus miembros con otro "repatriado" de aquella desaparecida Wall, como era y ahora sigue siendo su guitarra Vince McClelland, un tipo bien centrado, que al menos musicalmente parece tener las ideas claras de como debe sonar este nueva banda, y sabe sacar un extraordinario partido a un"set", que aunque sucinto nunca llegar a sonar rácano ni escueto, buscando su sonoridad en la reiterativas pautas de unas bases rítmicas que se apoyan en la variedad cambiante de acordes, sacando extraordinario partido a un estudiada práctica basada en la propia esencia de cada instrumento, que musicalmente logran obtener su debida mitad de responsabilidad, y por supuesto gloria, en todas las composiciones, sin que en ningún momento se sientan avasalladas o sobrepasada, por el color y el calor de una York que siempre esta en su sitio.
¡New York de los 70s! ¡Puaf, nuestra década dorada... Por un tubo! Este disco va a hacer las delicias de todos aquellos que como nosotros se enamoraron de la No-New Wave de aquella sagrada escena, y además sin rebuscar, centrándose en sus figuras mas consolidadas, desde Blondie o Talking Heads, a la ochentera ESG, o por poner la nota actual pero siguiendo la "tradición" neoyorquina, la siempre favorita Parquet Courts, si bien aquí también nos podemos dejar llevar por el hecho de saber que la actual pareja de York es nada menos que uno de sus principales componentes, Austin Brown, si bien esto es algo que se denota fidedignamente desde que pasas su introductorio primer tema, un reverberado, nebuloso y enigmático "Moon", que os prepara el cuerpo haciendo contraste con un corte como "Cities", en que los psicotropicos designios de un constante bajo, al que vamos a hacer muchas veces referencia y es como nunca necesario en todo y cada uno de los cortes de este disco, junto con sus bongos, os traerán notorias reminiscencias tanto de los Courts, como de Talking Heads, algo que aún es mas evidente en los giros de temas como "Each Other", o sobretodo "My Head", donde el cariz llega hasta aquella fabulosa esencia africana de los discos de la Sire, que el entonces inspirado Eno produjo a la banda de Byrne antes de los ochenta, y donde como hizo el afamado productor entonces, se hace necesario un mayor apoyo instrumental que cuajan un temazo para perder la cabeza y hasta la cartera en la pista de baile.
Ah, pero un momento, porque no queremos terminar sin destacar sus dos pistas finales, que me parecen las mas inclasificables y bizarras del disco, un "How I Like It", que es la única pieza que firma, y de modo chulesco también tira líricamente McClelland, que es todo un bombón vacilón de apenas 2 minutos. donde de nuevo toda la responsabilidad del sustrato cae en un bajo a "full", que crea un fabuloso soporte para que una desgajada y guillotinesca guitarra se recree, mientras que en el estribillo se repite un sugestivo y sugerente, "como me gusta", al que le sigue su último corte como "Hesitation", creada a partir de la la repetición de la misma nota en instrumentos distintos, que no vamos a decir que en su cadencia nos recuerda sin remedio a aquel Fame de Bowie, porque lo mismo vais a pensar que este disco no tiene nada de original, cuando resulta que es todo lo contrario!
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