Durante el Imperio romano, Tarragona fue una de las principales ciudades de Hispania. No solo posee un gran patrimonio que lo corrobora, también son expertos en montar la mayor bacanal del planeta tierra utilizando para la ocasión las mismas prendas que lucían los romanos, Las Togas, y liando un auténtico desmadre a la americana inspirado en la película protagonizada por el actor John Belushi. Ya son cinco las ediciones del festival más cafre a orillas mediterráneas cuya finalidad es la de hacerte disfrutar a lo largo de un fin de semana con un cartel seleccionado con mucho mimo, e irresistible para los paladares más exigentes.
Los encargados de estrenar el festival fueron los ingleses The Imbasils, que al poco tiempo de aparecer en escena, destrozaron una guitarra acústica. Al parecer estaban al tanto de la responsabilidad que suponía inaugurar un evento de estas características y a los que estuvimos presentes en esos instantes nos tocó esquivar los trozos de guitarra que saltaban por los aires. Sin duda fue la mejor manera de arrancar una jornada que prometía ser bastante salvaje y poco tiempo nos hizo falta para empezar a bailar a ritmo de Frat, Surf y Garage. El batería de la banda nos dejó bastante impresionados por su peculiar forma de tocar su instrumento, ya que utilizaba para ello su propio brazo, y es porque solo tiene una mano.
Los segundos en aparecer en el escenario fueron Duncan Reid and The Big Heads. La leyenda precedía a esta banda liderada por uno de los miembros fundadores de The Boys, pioneros del Punk londinense en la década de los setenta. Cuentan con un potente repertorio editado a lo largo de tres Lp's pero también cayeron un buen puñado de los temas que los dio a conocer cuarenta años atrás, como "Brickfield Nights" o "First Time". Clásicos que no podían dejar de sonar y que el público deseaba oír.
El toque "sixtie" del festival corrió a cargo de Les Grys-Grys. Estos franceses aparecieron por primera vez en nuestros escenarios en la vigésimo sexta edición del Purple Weekend festival de León en el año 2014, dejando atónitos a todos los presentes, no solo por su insultante juventud, también se les da bastante bien rescatar temas añejos del Rhythm & Blues más salvaje. Desde entonces han recorrido infinidad de escenarios dejando muy claro el buen nivel de bandas que exporta el país vecino.
La penúltima banda de la noche fue uno de los platos fuertes del Bule Bule Toga Fest. Los italianos Giuda aparecieron en escena como auténticas fieras del circo romano en una lucha cuerpo a cuerpo. Les sobra actitud en escena y son especialistas en sacar adelante un repertorio de esos que no dan tregua al espectador, ni tiempo para pestañear entre canciones. Han conseguido expandir su pasión por el Glam Rock por medio mundo sin necesidad de lucir lentejuelas, incluso han creado escuela en su propio país. "Number Ten" o " Wild Tiger Woman" han pasado a formar parte de esas canciones que te dan un buen subidón en el momento que las escuchas.
Y si la jornada hasta ahora ya había sido bastante intensa e intensiva, The Fadeaways no lo fueron menos. Estos japoneses, herederos de la escena Punk nipona que liderara Teengenerate allá por los noventa, dejaron el listón bien alto a la hora de demostrar que ellos también saben ser unos auténticos cafres arriba y abajo del escenario. Les va la marcha, y mucho, a estos tres locos del Garage Punk que incluso se atreven a hacer alguna que otra versión de temas de los sesenta llevadas a su estilo. Y si el festival comenzó con un instrumento damnificado, al final de la noche no iba a ir a mejor la cosa y la batería de The Fadeaways acabó totalmente esparcida por todo el escenario. La primera noche del Bule Bule Toga Fest no podía terminar de otra forma que no fuera esa.
El sábado por la mañana tocó "terraceo y solecito" en el Bule Bule Toga Market. Allí podías encontrar buena mandanga vinílica de la mano de H-Records o la Family Spree entre otros, o degustar la comida que ofrecían en las Food Trucks del mercadillo, y por supuesto no podía faltar la música en directo a la hora del Vermú. En primer lugar vimos en el escenario a Ceremoney bajo un sol de justicia, que no impidió a los mallorquines ofrecer una buena dosis de Power-Pop para los más madrugadores del festival. A continuación, el estadounidense Paul Collins, ofreció un concierto en formato acústico, interpretado temas de toda su trayectoria musical, no solo en solitario, también algunas de las canciones de sus bandas anteriores, The Beat y The Nerves. Esas que consolidaron a su principal integrante como el rey del Power Pop.
Después de hacer la digestión llegó el momento de continuar con el segundo asalto de la tarde e ir preparándonos física y mentalmente de lo que se nos venía encima. En esta ocasión el huracán se localizaba en la Sala Groove y su nombre era Hiroshima. Este Fuzz dúo barcelonés, que poco a poco se está haciendo fuerte en la escena, son una auténtica bomba destructiva, elaborada con guitarra y batería que te estalla en toda la jeta desde el primer segundo. Sus canciones duran alrededor de un minuto, tiempo suficiente para destruirnos los tímpanos a todos los que abarrotamos la sala.
El cambio de ubicación no se encontraba lejos del Groove, y desde allí ocupamos de nuevo la Sala Zero para disfrutar de las cinco bandas que completaban el cartel de la quinta edición del Bule Bule. La primera en aparecer fue la formación franco-belga The Rhum Runners, adictos a los ritmos exóticos retro años cincuenta, y vestidos como los antiguos marines franceses, creando así un auténtico espectáculo burlesque en el que no falta el ron y la llamada a las danzas tribales con el "Gong".
El siguiente turno fue para Kurt Baker Combo que presentaban su nuevo disco "Let's Go Wild", aunque no dejaron de sonar canciones de álbumes anteriores como "Partied Out" e incluso una versión de The Human Beinz, el archiconocido "Nobody but me" con la colaboración de Xabi "Señor No" a la guitarra. Pero el combo no venía solo y es que a mitad de la actuación subió al escenario Paul Collins, a quien habíamos visto tan solo unas horas antes acompañado únicamente por su guitarra. La actuación que estábamos a punto de presenciar se convirtió en uno de esos momentos imborrables, Kurt Baker y su combo respaldando sobre el escenario al rey del Power Pop y aportando toda la energía que contienen temas tan emblemáticos como "Hanging on the telephone" o "Don't wait up for me", canciones con mucho peso en el pop que se gestó en la década de los setenta.
The Nobels se sumaron a esta gran fiesta del Rock&Roll dejando bien claro que la cantera francesa arrasa con un nivel que roza la perfección. Entre sus miembros se encuentran músicos del trió de Rockabilly The Howlin Jaws, algo que no les ha limitado a la hora de atreverse con un estilo y estética cien por cien garagero, dejando a un lado el contrabajo para dar paso al sonido del teclado, seña de identidad del Garage.
¿Y qué pasaría si mezclamos y agitamos en una coctelera a Vibrators, Nine Nine Nine o The Boys ? El resultado final es un potente brebaje llamado Les Lullies, y contiene altas dosis de Punk sin dosificar. Su primer esperadísimo álbum ha visto la luz hace tan solo unos meses pero el cuarteto de Montpellier ya había girado en numerosas ocasiones a lo largo y ancho de nuestra península y creando en torno a ellos una gran legión de seguidores. Ya participaron en la cuarta edición del festival y como se suele decir, no hay dos sin tres. Ahí lo dejo caer.
La última en aparecer fue la mítica banda de Punk rock belga The Kids y que a día de hoy se mantiene en muy buena forma física, algo que no todas las bandas clásicas consiguen. El público se vino más arriba que nunca durante todo su repertorio en el que no podían faltar sus temas más recordados "I wanna get a job in the city" o "This is Rock&Roll" aunque lo más sorprendente del final fue verlos interpretar dos versiones; "The Kids are united" de Sham 69 y "White Riot" de The Clash, canciones que dejaron sin aliento a todos.
Durante las dos intensas noches también hubo una amplia selección de pinchadiscos que soportaron el tipo hasta altas horas para que los allí congregados descartásemos la idea del regresar pronto a nuestras casas.
Y por último mencionar que la organización ha decidido no continuar con una sexta edición del Bule Bule Toga Fest, noticia que no ha sido muy bien recibida por toda la gente asidua al evento de Tarragona. Tienes la posibilidad de firmar a favor de su continuidad en la plataforma Change.org. Esperemos que así sea. LARGA VIDA AL BULE BULE!!!
Crónica realizada por nuestra buena amiga y colaboradora:
Maria Cobos
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