martes, 21 de julio de 2020

Electric Shit nos da otra lección de sanguinolento Punk-Blues en "Canciones para la miseria"


¡Que cabrones los Hortiales! De todas las bandas mejicanas que seguimos, que son muchas y de variados géneros, no hay ninguna que nos ponga tanto como la de estos dos "hermanitos" de Ecatepec que reparten las hostias como panes, y a los que si Tarantino hubiera conocido antes para su película "From dusk till dawn", seguro que aquella fraternal pareja en vez de llamarse Seth y Richard Gecko se hubieran llamado Marco y Eduardo Hortiales, y además el violento director hubiera salido ganando, porque estamos seguro que estos dos hubieran tenido las narices de hacerle la puta banda sonora con mas mala leche de la historia del cine!

No es la primera vez que los reseñamos, y os aseguramos que no será la última, y es que hoy en día estamos tan hartos de oír floreadas pamplinas y edulcoradas filigranas de estúpido malabarismo a las que llaman Rock'n'Roll, que cuando oímos estas barrabasadas se nos ponen los pezones como para colgar chaquetones de pana, y es que aunque esto rebose de barbara, despiadada y cruel actitud, no deja de tener  a la par la aptitud necesaria como para que no puedas dejar de reconocer que lo que hace este dúo es realmente bueno, y encima teniendo de su parte a ese sanguinario cirujano que es el magnífico Walter Daniels, cuyo escalpelo convertido en vil y sureña armónica ya ha estado, y como en esta ocasión, siempre estará al servicio de este par de viles creadores de averno, como buen sabedor de que de esta sincera y genuina dupla solo sale verdadero Punk-Blues de raíces, pero eso si mugriento y grasiento como el infierno, que sin perder el origen de su nombre, Electic Shit, que les viene del sonido que les apasiona, que no es otro que el de aquellos viejos amplis a pura válvula del protopunk de los Stooges y el feedback de Hendrix, por otro lado no deja de buscar sus fuentes en aquel Delta de raíces étnicas amparado en el "slide" y el "Hypnotic Boogie" que practico nuestro héroe de Oxford, R.L. Burnside, como bien sabéis hijo predilecto de esta casa al que hemos dedicado ya tantas publicaciones, y todo ello rebozado que aquella puñetera mala baba que expelía los compilados de la Crypt Records y el furibundo punk-garage de aquellas grandes bandas de finales de los 80s hasta las mitad de los 90s, como la neoyorquina Devil Dogs, o el vil acento de la por nuestra parte siempre preferida de Memphis, Oblivians.


Con estos dos primeros temas la formación del otro lado del charco nos muestra su nuevo trabajo, que será presentado de este modo con nuevas entregas de dos en dos pistas hasta ser completado en su totalidad, y que si todo va bien y por justicia divina debería ser editado en formato físico probablemente a comienzos del año que viene con el nombre de "Canciones para la misería", un acertado título donde el dúo deja de lado las letras sin sentido para contarnos lo jodida que se ha vuelto la vida en su país, especialmente en su Ecatepec natal y en Ciudad de México donde ahora residen.


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