viernes, 26 de febrero de 2016

The Blind Shake en la Sidecar - Barcelona 24/Feb/2016


Jupiter TV se encargaron de abrir la noche, posiblemente mal escogidos para la velada, pero correctos en su rock psicodélico, con tintes soul y blues y con el batería de Cuzo, buena banda con dos discos injustamente olvidados y después...después… 45 minutos de gloria pura.

Los calvorotas de Minneapolis, o lo que es lo mismo: los hermanos Mike y Jim Blaha, por primera vez en Barcelona con sus chaquetas de chándal de mercadillo cubiertas de tiras de cinta aislante plateada formando símbolos cutres que sólo ellos saben qué coño significan, es igual, podían llevar fotos de Rajoy colgando que daría lo mismo, ni te enterarías porque la bofetada que te llevas desde el primer segundo es tan brutal que sólo tienes que preocuparte por moverte, verlos sudar, gruñir, poner cara de posesos (sobre todo Mike a la guitarra barítono) y esperar otro hostión en un siguiente tema: un riff surfero, una desgañitada punk, o incluso algún sonido que recuerda a temas de los primeros Pixies más cañeros.

En la batería Dave Roper, que puede ser mucho de Minneapolis pero tiene una pinta de sicario de país del Este que asusta, y es que tiene que tener alguna conexión con los tambores de Calanda, porque yo no he visto cosa más animal tocando: sus “golpes” de tom se te meten en la cabeza y aún horas más tarde parece que ando a su ritmo.

Pollen” y “I’m not an animal”, los temas de inicio empalmados, y la brutalidad siguió con “Parachute”, “Sold my beatle”, “Holy road” (del discazo con Slovenly), “Old lake” y alguno más que se me escapa. Un concierto tan corto, pero tan intenso, tiene todavía más mérito si pensamos en su gira por Europa de 28 conciertos en 31 días, el de Barcelona fue el concierto número 24 casi seguido, y me da la sensación que estos tipos desparraman toda su rabia y fuerza como por inercia, como si no supieran o pudieran hacer otra cosa, incluso parece que como algún tipo de terapia para ellos. En una ciudad “tomada” por miles de guiris por el congreso internacional de móviles (o de "zombies"), puede que alguno se colara despistado en la céntrica sala de conciertos y eso hizo que el número de asistentes fuera algo más decente, dato que da todavía da más pena cuando ves en su Facebook el “sold out” en Berlin, Hamburgo e incluso en Toulouse, ciudad con muchos menos habitantes que Barcelona. Una lástima sin remedio, sólo espero que en Alicante, Madrid y Oviedo tengan algo más de calor que les rodee, aunque realmente no lo necesiten. Salir con una sonrisa es de lo que se trata siempre, los pitidos en el oído no importan.

  

Reseña:
Claudio Menor
Barcelona.

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