No se esperaba. Él mismo dijo que no quería saber más . No lo necesitaba. Su vida había cambiado y casi después de una década Nick Saloman nos devuelve un trabajo que daría lecciones desde los más ubicuos del power-pop hasta los más escépticos de la nueva psicodelia. Las fronteras se han acabado, los desvaríos antes patentes se diluyen ahora en una amalgama de mezclas que van desde el pop de los primeros cortes hasta la paranoia obsesiva de la que hizo gala en sus primeros trabajos. Saloman se ha vuelto el dragón que se come su cola y no necesita más que lo que sus manos elaboran. Su conglomerado musical se ha vuelto tan personal e inseparable como su personaje . No se dan explicaciones. De Londres se mueve a las afueras, monta su nuevo estudio y de aquí sale un trabajo tan inesperado como resolutivo.
Bevis Frond afronta una senda de nuevo sonido donde los ecos antes tan presentes dejan paso a una realidad en la que las melodías se van a volver el centro del disco. Si antes las guitarras saturaban y eran indomables ahora se vuelven dóciles y las letras se siguen envenenando en una envoltura melódica que se intrinca para reivindicar un mundo tan personal como identificable .
“Example 22” se llama su nuevo disco…hace el número 22 en su discografía. Ya ha sacado 22 discos bajo el nombre Bevis Frond y hace que volvamos a creer en la música. Después de tres décadas las nuevas canciones siguen siendo tan actuales como las primeras que compuso.16 nuevas opciones de entrar en el mundo cada vez más accesible.
El One-man-band dejó hace tiempo paso a una fiel banda que le acompaña tanto en directo como en su estudio de grabación .El terciopelo ha borrado las amebas de los malos trips y ahora son ponzoñas las que se clavan en forma de letras acompasadas de los siempre inevitables riffs ácidos hijos de Hendrix, bastardos de Papalardi y mal allegados de los cánones que nos legaron Duncan y Cipollina.
Canciones que siguen identificando a Nick Saloman como un escultor del rock, un Leonardo de la orfebrería pop que jamás será recompensado. Un maldito del underground, del "do it yourself", del lo-fi. Del rock en estado puro.
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